lunes, 21 de noviembre de 2011

Los maté a todos.

Recuerdo que de repente nos atacaron unos hombres vestidos con batas que fueron blancas en su origen, pero ahora estaban manchadas de sangre. Tenían los ojos muy parecidos a los míos de ahora, pero los suyos eran aún más oscuros, eran una masa gris e infecta.

Cuento hasta tres cuerpos, amputados, sangrantes, uno llevaba las tripas colgando, a otro le faltaba un brazo y un trozo del rostro. Y el último era irreconocible.

Sé que los conocía, pues tengo fugaces visiones suyas como seres humanos vivos que me hablaban.

El actual color de mi piel es muy parecido al suyo, pero bastante más claro. En la foto mía que encontré, soy aún más blanco de piel. Bueno, no más blanco exactamente, si no de un color más humano que el de ahora.

Campano y Evelyn debían ser dos compañeros muy allegados, los percibo con total nitidez. Pero siempre que recuerdo la escena de los batas blanca atacando, los veo a ellos cayendo en sus garras y a mí huyendo mientras disparo contra todos.

Al final mis amigos me alcanzan, me he parado a descansar y aparecen ellos totalmente caracterizados de zombis. Los disparo en la cabeza, caen definitivamente muertos por fin. No puedo sufrirlo.

La isla debía ser el lugar donde debíamos realizar nuestra misión como militares, pero todos los que recuerdo cayeron. No sé por qué estoy sólo, no sé por qué nadie vino a rescatarme. Quizá acabe recordando o quizá encuentre en internet o en algún escondrijo, la clave de todo ello.

O tal vez yo sea el primer eslabón de una nueva raza semi humana y todo esto sea un experimento.

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