domingo, 12 de enero de 2020

PRIMERA INCURSIÓN EN LOS TÚNELES





"Con mucha precaución abrieron las puertas de debajo de la mesa y bajaron al pequeño distribuidor. El cabo Gil con los planos sobre la mesa, establecería una ruta que les iba a transmitir por radio directamente a los auriculares que cada uno tenía en su oreja, de forma que no hicieran ningún ruido para no llamar la atención de lo que pudiera vagar por los túneles. El Sargento Campano supervisaría la operación desde las pantallas de los monitores. Los pilotos estaban preparando las jaulas y el armamento en el jardín con la ayuda de Marcos Santiago. El soldado novato, Antonio García, hacía de centinela apostado en la puerta. Después deberían ocuparse del helicóptero.
Tras elegir el túnel adecuado según los cálculos efectuados por Gil y Antúnez, se colocaron en formación de marcha, abría la misión la Cabo Primero, a la que seguía Antúnez, luego el sanitario, Cabo Saravia, y tras él, Montenegro; la Sargento cerraba la marcha. A veces el pasillo daba suficiente anchura para que dos personas caminasen juntas, pero la mayor parte del recorrido sólo cabían de uno en uno. 
Los techos también solían ser suficientemente altos para mantenerse erguidos casi todo el tiempo, oscilaba entre uno ochenta y dos metros veinte. A la altura del ojo izquierdo llevaban una gafa de visión nocturna Newcon NVS–14, que les serviría para profundizar en la oscuridad y descubrir figuras en movimiento que pudieran acecharles. Desde la Sala deberían dirigirlos cuando llegaran a las bifurcaciones que se apreciaban sobre el plano.
– No me fío –rumoreaba para sí el Sargento Campano–. Cabo, usted iniciará un segundo recorrido acompañado de García, si ya han acabado de preparar las jaulas, Marcos se quedará como centinela. Doctor ¿usted qué opina? 

.../..."

Del capítulo con el mismo título. Hipófisis Z (isla) Edición 2019.

@ by Santiago Navas Fernández